1 de agosto de 2012

"Detén mis trémulas manos"

El suicidio - Edouard Manet (1877)
Hace un par de meses, recibí de obsequio el libro "Detén mis trémulas manos: crónicas de suicidios" del autor juarense Mario Lugo (1953), dicho libro, premio nacional de testimonio, editado por Solar, ha llegado prontamente a volverse uno de mis favoritos.
         Consta de más de cuarenta relatos y reflexiones sobre el suicidio en el estado grande, intercalado con pasajes y aforismos designados al mismo tema. Los testimonios fueron pesquisados y narrados por su autor que nos hace sentirnos identificados con todas las situaciones. A su vez, los relatos buscan hacer un hincapié en las situaciones que orillan al suicida a quitarse la vida, mostrándonos momentos de la vida cotidiana y de cómo termina la misma, fundamentado por microestadísticas que ayudan a brindarnos una noción de lo común que es este acto en el entorno, en el país y en el mundo.
         Ciudad Juárez, ciudad enorme y bella, se encarga no obstante, como otras ciudades, de ocultar de la vista de los ciudadanos esta práctica común. Las estadísticas de suicidios son comunes y Chihuahua posee una de las más altas tasas de suicidios al año, las edades varían; pueden ser desde menores de 14 hasta mayores de 60 años, hombres y mujeres, sin importar su extracto social, posición o rol en la ciudad. 
El suicidio, dentro de lo verosímil, es un acto que sobrepasa la ficción, un hecho que, independiente a la forma, ya sea con píldoras en casa, o arrojándose del Golden Gate, u ahorcándose en el Aokigahara, tiene como común denominador a la muerte.
       Mario Lugo, nombra constantemente a Dante Alighieri, al círculo designado a los suicidios en el libro La divina comedia, en donde el Canto XIII es el encargado de alojar a los que se quitan la vida por su propia cuenta.
En una parte, Lugo se cuestiona: " ¿Qué bulle en la mente de los suicidas? Sólo sabemos que los motivos desencadenantes pueden ser de diversos tipos, a saber: los disgustos amorosos, problemas de trabajo o provenientes del ejercicio profesional, las enfermedades terminales o muy dolorosas, las deudas, los problemas económicos, los familiares, el hecho de ser detenido, aprisionado o incriminado, la soledad, desgana de vivir, depresiones, sentimientos de insuficiencia o el abandono, entre otros. La pregunta sigue allí, ¿qué bulle en la mente de los suicidas?" (LUGO 1998. p. 33)
Pareciera una pregunta de doble filo en la que no podría uno caer sin arrojarse a una serie inmensa de reduccionismos aparentes.
         En diciembre del 2011, a simple palabra surgió una polémica a nivel nacional, en una entrevista televisiva, un integrante del Frente Organizado de Campesinos Indígenas, Ramón Gardea, comentó y denunció que un gran número de hombres y mujeres rarámuris se habían arrojado al barranco debido a la hambruna. Jamás existió una prueba más fehaciente, sin embargo el mero enunciar el hecho cautivó e inspiró al resto del país a mandar toneladas de ayuda a la zona. Si se escribiese una segunda edición del libro de Lugo, indudablemente se incluiría el hecho en sus páginas.
         Lugo, dotado de una excelente capacidad de síntesis, logra que conforme des vuelta a las páginas, comiences a identificarte con todas las víctimas de este mal silencioso. Recomiendo íntegramente su lectura, pueden conseguirlo aún en todas las librerías de ICHICULT y del CONACULTA en dicho estado.
Si te interesa el tema, y buscas aproximarlo más a la realidad mexicana y desértica del noroeste del país, este libro y sus testimonios te ayudarán mucho.

"¿No habrá forma de auxiliar a estos desamparados? ¿estaremos condenados a ofrecer nuestra cuota de suicidas eternamente?" (LUGO 1998 p. 67)


MFD

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Datos bibliográficos:

Media sobre el suicidio:

4 comentarios:

  1. Esto del suicidio me llama la atención debido a diversas circunstancias que han aparecido en mi vida.

    De siempre he dicho que hay que estar en los zapatos del suicida para entenderlo, los juzgamos de cobardes por no seguir enfrentando la realidad pero pienso que antes al contrario son muy valientes porque el pensar en que ya no se desea vivir y la muerte es lo único que hay, los hace muy sensibles y valientes.

    Nunca juzgaré a un suicida, sólo él sabe los motivos y yo los respeto pero no opino lo mismo de los que lo anuncian porque ellos sólo buscan llamar la atención igual para no terminar -ahora si- quitándose la vida.


    Un abrazo.

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  2. Abrazotototes, mi Malque, estoy de acuerdo contigo, ya luego nos organizamos y te mando el libro, yo en lo personal también me intereso mucho en el tema, y leer éste, me abrió nuevas opiniones y reflexiones.
    Saludos

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  3. Me interesa leer el libro, espero encontrar verdaderas diferentes concepciones a las que todo mundo esta acostumbrado; y concuerdo con la Malquerida, una vez vi una pelicula (en este teclado no hay acentos), en la que un muchacho de 12 buscaba el suicidio y se lo enunciaba dia con dia a sus padres, se sentia culpable por un accidente que a su hermano le ocasiono retraso mental, el mismo se dedica a grabar un video a manera de despedida y lo vemos dentro de una situacion cotidiana, familia promedio, nivel socioeconomico promedio, un alumno comun sin destacamiento, presa de bullying que no iba mas alla de empujones y alguna que otra amenaza y su unica amistad con un joven mayor que el que seria asesinado despues, yo siempre dije que no lo haria por el hecho de anunciarlo y en efecto no lo hizo, el final fue mas interesante. Saludos poeticos.

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  4. Sobre el suicidio, a decir verdad, solo había leído pequeñas cosas, entre ellas más relevante para mí es la obra de Durkheim. Pero me han dado muchas ganas de echarle un ojo a este.

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Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

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