En memoria de Bruno Neftalì del Río
Ha añochecido ya y yo, Señor Dentado, comienzo mi furtiva cruzada para alimentarme de los sueños; durante las mañanas, casi siete meses, duermo en forma de arena y en mi sopor profundo, mi mente engulle pesadillas y me mantengo entretenido para levantarme hambriento noche tras noche sietemesina.
El municipio de Delicias he elegido yo como mi actual morada (no sé con certeza cuánto tiempo he habitado aquí); otros como yo, pero que no son iguales a mí, dirán que he sido poco original. Pudiendo elegir un recinto sin esquinas bajo el agua, o una cueva en la Sierra Gorda, yo, Señor Dentado, escogí un médano yuxtapuesto a un campo algodonero para celebrar mi resurgir cada que cae aquella noche.
Me alimento de escarabajos, ratas y aves pequeñas hasta que la sed de pesadillas me obliga a adentrarme a la ciudad en forma de neblina o ventisca.
Hace un tiempo me divertí mirando a unos hombres con sombrero, fijamente, sin parpadear. Mis ojos obnubilaron a todo testigo y en su distracción, me han dado en charola sus sueños y yo los he masticado con gozo.
Disfruto, cuando me siento inerte, reposar bajo los semáforos, mirando la simetría perfecta del pueblo. En ocasiones algún autobús de paso se detiene y juego con mi reflejo e imagino que los faros de aquellos vehículos son un Señor Dentado, como yo.
A los visitantes no me los como, ni toco sus sueños... suficiente reinado mantengo sobre estos rincones para aspirar a más.
Pero tengo un temor: ráfagas de metal, lluvia de fuego cuyo sonido a veces me semi despierta durante los siete meses; ¿habrá algún monstruo, más poderoso que yo? ¿se alimentará de sueños, o del papel moneda de los hombres? ¿dormirá acaso, cierto tiempo? ¿me enfrentaré a aquel ente, sea lo que sea?
Yo, Señor Dentado, algún día he de salvar a este pueblo al que ahora atormento devorando sus sueños... algún día dentro de los siete meses, me toparé de frente con el otro monstruo y aunque mis piernas tiemblen ante la posibilidad de sucumbir frente a su sonido ametrallado o su aliento de bala, tendré que confrontarlo... soy un monstruo gentil, pero bastante celoso y debo cuidar de mi reino.
mfd
Hola!!! Me gustó tu relato, pero hay ciertas fallas ortográficas (menores por supuesto) que debes revisar.
ResponderEliminarla idea de un monstruo que protege su comida me parece genial.
Ya he corregido lo más notorio. Gracias!
EliminarSimplemente pésimo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión objetiva, concisa y bien formulada.
EliminarVa lo formal:
Eliminarcasi siete meses: El seseo es horrible. Lo primero que debe cuidar alguien que se diga escritor es el seseo. Rubén Darío lo hacía pero tenía una intención. En lo tuyo no es más que un descuido.
he elegido yo: En la reiteración se ve tu necesidad de atención. Transmites en el texto tu preocupación por llamar la atención. Se lo transmites a tu “personaje”. Con "He elegido como mi actual morada" bastaría (Además "actual morada" es bastante desafortunado. Un afán de hacer notar que conoces el lenguaje pero que no sabes cómo utilizarlo)
aldogonero: algodonero (no cambiaste algo tan sencillo como eso)
Hace un tiempo: con 10 libros leídos cualquiera sabe que cuando puede eliminarse el “un” debe hacerse, simple economía del lenguaje: Hace tiempo me divertí…
Mis ojos obnubularon: quisiste decir obnibularon, y aún así es una adjetivación pésima. Rimbombante e innecesaria. Ya decían Pound y Huidobro: el adjetivo cuando no da vida, mata.
La historia no aportada nada, nada dice, queda en la mera anécdota (una anécdota rimbombante, que es peor), Pierdes al lector infantil por las palabras que no entiende y pierdes al lector mayor por la pretensión.
Y podría seguir, pero creo que hasta aquí merece mi tiempo.
Síguele, a nadie se le niega escribir, pero primero hay que leer bastante y bajarle a las ínfulas de escritor sin tener algo decente que presentar.
Muchas gracias por tu valioso tiempo, has tocado puntos muy interesantes. Tomaré en cuenta tus comentarios.
EliminarSaludos
¿Qué no es obnubilaron en vez de obnibularon?
EliminarEs un gran relato más por contenido que por ortografía, ese es un valor apreciativo que pocos pueden generar o comprender, a mí me gustó, sigue siendo un surrealismo interesante, y awww me acordé de bruno, ánimo :/
ResponderEliminarEl buen Bruno, sabrá Dios dónde andará.
Eliminar