11 de noviembre de 2013

S I B E R I A

Ashe Maree


*NOTA DEL AUTOR: Leerse de corridito. 


Duele el silencio, a lo largo de la llanura dentro de tus dientes,
háblame rápido que el tiempo es liquido y las nubes tienen hambre, esta tarde;
tal vez  me vaya con los fantasmas erráticos y cuadrados
hacia las pirámides y el desierto y la selva y todo lo demás.

Déjame sentado en la cornisa esperando por el secreto y la palabra,
tan cerca de todo en la mira del lobo,
abre las ventanas y las fauces que hace frio, demasiado frio.

Juicio y juez no es lo mismo que juzgador;
ni la luna es de piedra, ni de arena, todo aquello es un invento
de quien tiene el abrigo de piel, las monedas y los hombres de su parte
lustrados besos en los cuellos,
todos contra el mismo que es quien dio la orden;
Sueña despacio mi amor, que él no vendrá,
Él te toco y justo ahora de sal y de polvo de oro son tus manos.

Lluvia de mañana
antes del sol
y del quiebre de las golondrinas
en los matorrales
calles que se vuelven avenidas
y pueblos que se convierten en ciudades
fuego en piedra
me cargaron en hombros
todos aquellos niños
que supieron de lo turbio de mi sangre
pero estaban perdidos
tanto como lo estaba yo
en las alcantarillas
soñé contigo, despacio
te encontré un poco reacia
a saber que los ojos cerrados no son oscuridad
luz apagada
tome mi mano
y la puse en la tuya,
olí a petróleo y corrí antes de que anocheciera
si, por un largo mes anduve buscándote
entre los huecos de tus versos,
en tormentas que se volvieron tragedia
tome el cambio de estación
la subida del calor
y los pedazos de iceberg
entrando por mi nariz
entrando por los huesos rotos
en celos sucios y grises
de mi voz pagada dentro del jarrón
supe bebiste agua tierna
para escupirla por ser muy dulce,
y camine hacia el río
a bendecirle de nuevo
para buscarte un poco de pena
de pena como la que cargo yo.
y los niños perdidos que se volvieron carne
antes de ser encía
toma con cuidado la sangre que se te he dado
que no es como el fango que llevas en tus zapatos
de regreso a las urdimbres
en los años de la furia
cuando éramos amigos y amantes
nada de lo que podríamos ser hoy.

Duele el silencio; en la sonrisa parda, en la caricia del viento
jugueteando con el cabello,
no porque conozcas mi canción tendrías que cantarla
no porque parezca una nota salida de juego tendría que estar fuera de lugar
no porque sepas mi nombre tendría que conocer el tuyo
y no porque digas verdades estas serán mentiras para mi.

1 comentario:

Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

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