2 de marzo de 2014
Soled-app [Minicuento]
Jacinto abordó la ruta ciento veintidós en Ruiz Cortines a la altura de Guerrero. Camila la había tomado en Ocampo, allá en el centro. Se sentó a su lado, la miró de reojo mil veces. Camila no despegaba la vista del celular, hacía scroll, respondía mensajes, cambiaba la canción. Las orejas obstruidas por dos auriculares blancos enrollados por debajo de su blusa, la bolsa estratégicamente abrazada. Camila no miró a su alrededor. Jacinto la siguió mirando con la ilusión de cruzar la vista con ella. Para Rómulo Garza, el muchacho se puso de pie, presionó el botón naranja y descendió esperanzado en que ella desde adentro lo alumbrara con sus ojos pero ella siguió en el móbil. El destino erró en esa ocasión, hubieran sido muy felices, se habrían amado y en unos años comprarían su primer casa y estrenarían un coche para no tener que viajar más en camión, pero no sucedió, jamás se volvieron a ver, mejor dicho, nunca se voltearon ver.
Etiquetas:
app,
cuento,
cuentoide,
El hubiera no existe,
minicuento,
Monterrey y sus alrededores,
redes sociales,
smartphone
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
" todo lo que pudo suceder se esfumo junto a la ilucion de verte otra vez" cuantos finales felices nos hemos perdido por mirar hacia otro lado
ResponderEliminarTodo por no hablarle... Estos hombres...
ResponderEliminar