10 de diciembre de 2012

Locura y tabúes [7]

Con cada paso que dábamos rumbo a nuestra quimérica felicidad, mi mente volvía a la tierra con espasmos de los últimos acontecimientos.
Sabía que hasta en esta ciudad, donde la impunidad juega un papel protagónico a diario, habría que tener cuidado. Todo podía salir terriblemente mal y era el momento de actuar rápido, sin chistar y por supuesto, estar consciente del futuro que me espera a lado de Greys, pues era todo lo que me quedaba y ya no había vuelta atrás.
La repentina desaparición de una estrella con joven furor como John Johnson no pasaría desapercibida por mucho tiempo, por lo que corrimos al apartamento de la calle Tonalá, empacamos algunas cosas que consideramos necesarias y compramos un par de pases de avión con destino a Buenos Aires. Pasaríamos un tiempo en una ciudad donde pudiéramos ser completamente anónimos y posteriormente, tomaríamos un vuelo directo a alguna pequeña ciudad de Inglaterra.
El plan parecía perfecto: Greys y yo como dos extraños caminando por un mundo que no conocía la terrible verdad de un pasado que nos había permitido estar juntos, sin embargo, no duraría mucho. El destino estaba por revelar la verdadera carta que jugaba para mi y mi encuentro con ella.
Este amor era peligroso, pero yo no lo sabía. Nunca pensé que la razón de que aquella alemana bifurcara mi vida, se debía a razones mucho más importantes que las de un capricho de amor. El verdadero reto fue conservar mi cordura.
Llegamos a Buenos Aires y con el paso de los días, no podía sentir mayor felicidad que la de ese amor prohibido, tan prohibido que me costaría la vida. Justo ahora escribo desde una pequeña localidad de La Plata, en el cono sur del planeta.
El error que se cometió, fue haber forzado un amor que en la línea temporal de nuestras vidas, no estaba listo para ser concretado. Rompimos el curso del destino y no quedo más que pagar por ello.
Cada día que pasaba, Greys se notaba mas agotada y con cierta paranoia, los dulces días fueron fugaces y dieron paso a una temporada de tormentos. Varias noches a la semana, ella se levantaba de la cama gritando alguna pesadilla hasta que cierto día, ocurrió ese suceso que me duele recordar, pero que es imprescindible contar para que puedan entender porque me encuentro aquí, olvidado por la humanidad.
Me levante en la madrugada con un mal presentimiento. Eran las 4 a.m. y no había señales de Greys en la casa, se había esfumado y no existía rastro de ella. Únicamente dejo una nota de papel en una pequeña mesa que teníamos en el centro de la sala con el texto siguiente:
Elías:
Disculpa mi repentina partida, pero Johnson dio conmigo. No puedo decirte a donde voy pero el encontró una forma de atraerme a la cual no pude resistirme, no pienses mal, hice un trato del que no me arrepiento. John regreso y eras tú o yo y, al ser la que de alguna forma inicio todo esto, no creo que merezcas ir al lugar al que voy.
Únicamente quiero que sepas que me encuentro bien, por fin puedo dormir tranquila y sabes, el destino nos unió por dos cosas: la primera es saber que todo se dará en el momento preciso en que tenga que darse, que no podemos presionar para que sucedan las cosas. La segunda es que tu vida y la mía debían unirse de alguna forma y ese proceso aun no concluye, tendremos la suerte de buscarnos vida tras vida y llegara el momento de reunirnos sin problema alguno.
Por ahora, te pido que olvides todo lo que ha pasado, no puedo darte mas explicaciones y eso será suficiente para que puedas seguir en el viaje que habíamos planeado.
Cuídate mucho…
Greys.
No lo podía creer, era una broma de muy mal gusto la que me estaban jugando ya que era imposible que un muerto volviera a la vida para llevarse a alguien, sin embargo, nunca pensé en la posibilidad de que la esencia de alguien pudiera perdurar en la tierra, incorpórea.
Eso fue lo que le paso a aquella chica, cumplió su destino al fin y me dejo a la deriva con el mio.
Aun no logro entender del todo como es que sucedió y esa pena, es la que me mantiene aquí. No podre continuar viviendo una vida normal hasta estar en paz con mi pasado y para eso, debo entenderlo primero.
No se cuanto tiempo mas tenga que pasar aquí, ya pasaron mas de 40 años y a veces, nos aferramos demasiado a todo tipo de cosas y situaciones.
Sigo sin saber donde se encuentra ella, únicamente recuerdo aquel episodio fuera de tiempo y espacio donde supe sobre la parte del tren y su muerte, supe de algún modo que ella pensaba en mí.
A partir de ese momento, entendí que uno no necesita de un cuerpo para andar por esta tierra y eso no significa que nos movamos como fantasmas encadenados, solo es el indicio de que hay estados de la mente y el espíritu que solo un ser verdaderamente evolucionado puede entender o, en determinado momento, las personas necias forjan su propia cadena para la conciencia de los que no saben entender.
Algún día me reuniré con Gretchen, por lo pronto, ustedes conocen mi historia y les pido total discreción y respeto a la memoria de ella, después de todo, de recuerdos y memorias estamos hechos.







3 comentarios:

  1. wooooow todo un finalazo, es cierto los designios de un destino no escapan a formas extracorpóreas, me gustó, saludos.

    ResponderEliminar
  2. "tendremos la suerte de buscarnos vida tras vida"

    ay!

    ResponderEliminar

Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...