Ahora tiene cuarenta y tres, su cuerpo envejece, pero su mente está volando. Lo cuidan algunos ex-militares que se hacen pasar por familiares.
Cuando Raphael estaba a punto de despertar, quizás sonriente de que en un parpadeo su ejército hubiera resultado victorioso, un chapulín entró, se posó a su oreja y le susurró:
"Rafa, el mundo sigue siendo un infierno. No despiertes del coma aún, te vas a decepcionar, vuelve en unos años en que recuperemos la fe en nosotros mismos."
Y el hombre siguió durmiendo.
Hoy tengo ganas de decir: !Que envidia! yo también quisiera dormir y despertar hasta que todo se vea un poquito mejor u.u
ResponderEliminarUno sigue soñando que la guerra se acaba, pero muchos cometemos el error de despertar en el momento menos adecuado... Saludos, me agradó me recuerda viejas anécdotas.
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