Ve despacio a mis oídos
viento cálido,
tibio
dentro de mí.
Retumba en los huesos del
cráneo,
como relámpago;
paciente
amor mío.
Termina lo que
iniciaste en lluvia
y el desierto visto
de lejos.
Se lo negro de mis
pupilas
radiales entre tus
formas
se quien sepa
cuanta luz es para mí.
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Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.