19 de noviembre de 2012

Tamasopo



¿Falta algo?

Qué terrible es morirse cuando nos falta algo, terrible es la ausencia de todo o casi cualquier cosa, ausencia de luz, ausencia de felicidad, ausencia de espacios; México pareciera encarecer de espacios cada vez que el gigantesco personaje moderno lustra sus pies con la fauna y flora que siempre fue imponente en América, y las desecha luego que semejante espacio es otro más rentable con escombros de lo último consumido por la humanidad, pero la realidad es que existen espacios en México que convergen aún con el hombre en ese crisol que algunos disfrutamos del follaje, del lenguaje de un trinar desconocido en el fondo de una laguna cristalina.



Hace algunos años estuve considerando quedarme en algún lugar, estar en algún lugar, éste lugar concurría en un viaje que tuvo muchos momentos terribles pero uno de ellos basto para enjuagar todas esas malas vibras y ese lugar fue… La huasteca potosina, específicamente Las cascadas de Tamasopo.



Las cascadas de Tamasopo, este escenario salido de aquellas mejores películas está pulida de una naturaleza majestuosa, es un lugar cuyo nombre significa “Lugar donde gotea o Agua que cae”, esto por la infinidad de cascadas que descienden del río principal. Cuando salí de San Luis Potosí, tardamos aproximadamente 3 horas y media en llegar por la ruta México 70.  La verdad yo no sé llegar a los lugares, yo doy con los lugares, pero como verán donde pregunten, incluso en el centro de San Luis Potosí donde se encuentra la catedral y la plaza principal, cualquier vendedor ambulante –quienes por cierto son muy amables con el nuevo viandante- sabrán decirle con toda seguridad por cual carretera irse.  Cuando vayan por la carretera de ir en carro, váyanse con precauciones ya que el tramo hacia Tamasopo es angosto, hay pendientes bastante pronunciadas y muchas… ¡muchas curvas! y pues aclarando que en épocas de lluvia, todos estos riesgos aumentan, así que conductores sean amables, llévenlo con calma, cualquier tiempo que se tome vale realmente la pena.



El recorrido fue algo así, durante el tramo nos habíamos detenido en una gasolinera para descansar un momento de tanta curva, finalmente cuando avanzamos y llegamos lo primero que encontramos fue un poblado bastante tranquilo, con personas muy amables; como si el mundo de allá afuera al que estamos acostumbrados fuera tan industrial que al notar a los habitantes pareciera que en realidad se vive bastante bien y pacífico, las mismas direcciones te indican cómo llegar hacia las cascadas que se componen de tres muy juntas la Cascada de Micos, Tamasopo y Puente de Dios, nosotros acudimos a las de Tamasopo. No sé como describirlo porque nunca me tocó recorrer algo así de bonito y natural.



Es muy difícil describir como todas sus cascadas desde las más altivas a las más graciosas y pequeñas converjan de ese color celeste aguamarino del Mar Caribe con un verde frondoso y vibrante de una selva tropical que pareciera inexplorada, un hermoso lugar escondido entre la selva y la montaña.



El lugar principal es un ancho acantilado del que caen múltiples cascadas que van inundando danzarinas un suelo llano de piedra que se deposita en un lago de diferentes relieves en el que conviven varias especies de peces y algunas otras aves que dejan su majestuoso plumaje a la vista del espectador. Todos esos desniveles de suelo forman múltiples caídas y riachuelos. Todo esto afortunadamente pueden disfrutarlo de cerca; existen senderos de madera y cuerda a manera de puentes colgadizos, senderos de piedra caliza y follaje que inunda las aberturas de una escalinata que te permite llegar por encima donde inicia la más hermosa cascada de Tamasopo, eso te permite ver el paisaje desde arriba.



El lago donde me sumergí poseía cantidad infinita de peces y diversas profundidades que iban desde llegar a mis delgadas pantorrillas hasta alcanzar mi cuello. Lo único que les diría es que siempre tengan precaución con la caída de la cascada puesto que tiene una fuerza y una corriente también, por todo lo demás en verano y primavera el agua es cálida al tacto y de verdad muy cristalina.



Yo también recorrí un camino muy interesante, resulta ser un fragmento antiguo de un acueducto que se acompaña de una infinidad de especies, desde graciosas mariposas que se posan en las hiervas gráciles que caen del acueducto empedrado hasta pequeños caracoles que recorren las piedras de las ruinas de un antiguo molino de caña de azúcar. Por lo que sé, allí vivía una comunidad Tenek, de cuyo origen del significado deriva Tamasopo “Agua que cae”.  Está abierto desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche con un costo mínimo de $20 pesos en MN por persona y si vienen en auto $20 más por el estacionamiento. La verdad es un lugar que por cuyo costo no se compara con la belleza de lo que vi ahí, les recomiendo mucho que vayan, y que no les falte ese “algo” por descubrir. 


Todas las fotos son propiedad de su autora.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias Alejandro, cayendo en cuenta que sin querer le robe el lugar de publicación :S perdón no me acordé u.u

      Eliminar

Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...