4 de diciembre de 2012

Tonalá #92 apartamento 6 [4]




Pasaron varios días, resulta que Wilfredo solo había tenido una “pequeña”  Infección en el estomago y yo no podía dejar de pensar en ella, aquella chica hermosa de ojos verdes y sonrisa perfecta,  cada noche el insomnio se apoderaba de mi, su rostro se hacia presente a media noche para no dejarme dormir, suerte que estaba de vacaciones y no tenia que levantarme temprano, seguía buscando un trabajo con un sueldo lo suficientemente  decente para poder seguir en esta vida de agonía, agonía por no saber de ella, por intuir que ella estaba con su amado y yo solo era el chico que temía a las alturas y al que por alguna razón le guiño el ojo, tal vez un reflejo inconsciente al encontrarme ahí por casualidad… NO no era casualidad,  ella sabia quien era y  el destino había sonado esa canción por algo, el destino tan cruel.

Las semanas siguieron su curso el tiempo no me perdono y yo seguía sin saber de ella, buscaba trabajo,  las clases comenzarían el próximo mes, la buscaba por todas partes, la veía en todos lados veía sus ojos,  su boca, su tez blanca, y su linda figura, pero no era ella.

Caminaba por el centro buscando empleo hasta que di con un local de comida que hacia entregas a domicilio y buscaban repartidor dude en preguntar por el trabajo nada tenia que ver con mi profesión pero de verdad necesitaba el dinero y tras semanas de buscar era lo primero que encontraba así que me entreviste con la dueña del local y conseguí el empleo, entre entrega y entrega solía revivir aquellos gloriosos momentos con ella aunque en ese momento solo eran 2, solía recapitular cada momento y buscar razones para no claudicar ni dejar de dudar en el destino;   “Tonalá #92 apartamento 6”  ahí debía entregar la siguiente orden, subí a la bici el sol casi no me dejaba ver pero era bastante cálido pronto atardecería  llegue al edificio y soné el timbre espere unos minutos y oí que la ventana se abría

 -eres el repartidor?  Mi corazón se detuvo aquella voz que se oía de la venta tenia el mismo acento que con dificultad recordaba, trate de taparme del sol y en efecto por la venta se asomaba con su cabello brillante por el sol su ojos lindos mirándome su rostro duro y hermoso

-si, si soy el repartidor y ammm traigo tu pedido- no podía hablar no era posible la había encontrado había dado con su apartamento y ella ahora abriría la puerta y me vería se acordaría de mi?  de pronto se abría la puerta del edificio y ohh destino cruel, un hombre abre la puerta no cualquier hombre el mismo que la había recogido aquella noche al cual Gretchen beso, entregue su pedido y me quede ahí parado como un tonto no entendía por que justo tan cerca abría de volverse a quemar toda ilusión.

Esa noche para variar no pude dormir mis pensamientos la conjuraban a cada instante y saber donde vivía me  hacia sentir tan afortunado y ver salir a ese hombre me quebraba y oscurecía cualquier luz que alumbrase algún momento junto a ella.

Trataba de usar cualquier ruta que me hiciera pasar por su edificio y ahí me quedaba esperando unos minutos a que se decidiera a abrir su ventana ver a la calle y reconocer al que seria su gran amor, o a que abriese la puerta saliera y fuéramos felices. Cierto día de esos en los que vigilaba su edificio como fiel guardia se abrió la puerta y salió Gretchen se veía tan linda y tan triste algo en su rostro lo delataba, dude en acercarme pero joder no iba a dejar que se me escapara esta oportunidad, me acerque despacio no quería que creyera que justo la estaba esperando fuera de su casa cual vil psicópata, atravesó la calle y entro a la tienda, era obvio tenia que salir y yo la estaría esperando ahí casual, cuando salió y me vio, aun recuerdo su expresión como si fuera ayer, sus ojos brillaron, y su firme rostro se dejo ver por un ligero instante vulnerable como cada vez que la besaba o que le decía que ella era en mi ser el sol, sol que muchas veces se eclipso; se quedo parada frente a mi viéndome fijamente y yo no sabia ni que decir

-hola- lo mas original que mi mente logro ofrecer

-el chico del edificio, el mismo de la parada de autobuses y aquel que me trajo mi comida hace una semana- me dijo en un tono irónico, como si creyera que la estaba acechando

-el mismo- sonreí tímidamente – que curioso que te encuentre siempre-

-hombre pero que dices si solo han sido como 3 veces- contesto sin dejar de ver mis ojos

-bueno, en una ciudad con 8 millones de habitantes encontrarte a ti una hermosa desconocida 4 veces me parece… -increíble- termino ella

-pareciera que tenemos que encontrarnos no?

-supongo – dijo mirándome como si fuera un loco ingenuo

Le pregunte si tenía algo que hacer, que si era posible que fuéramos a caminar y charlar, creo que me vio tan desesperado que acepto aunque su rostro delataba que no quería ir, caminamos por el parque que esta cerca de ahí, hablamos por horas y comencé a saber de ella solo un poco pues su cerrada naturaleza no dejaba escapar nada que ella no quisiera, la devolví a su casa ya era noche y yo solo había conseguido saber su nombre, su edad y que había venido a México por capricho o eso entendí, -buscando algo y a alguien- me dijo en ese momento no supe bien que significaba pero años después lo entendería, como esa tarde vinieron muchas otras y poco a poco sabia mas de ella, ella ya lo sabia todo de mi menos que estaba loco por ella y que creía firmemente que el destino nos había juntado.

Esa fría tarde de febrero sucedió…


3 comentarios:

  1. A mí me agradó la canción y me gusto el avance que dio la historia,quien sabe que pasará con ese par de locos (:

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  2. ouu si se esta poniendo muy interesante :)

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Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

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