Natalia nació un
25 de abril de no sé qué año, era blanca como la nieve y tenía dos grandes
pedazos de cielo en la cara.
A su
llegada al mundo las nubes grises cubrieron todo,
“Natalia trae desgracia” así decían los del vecindario…
Siempre
enferma creció entre las cuatro paredes de esa habitación que quien sabe cuántos
secretos alberga, sus únicos compañeros eran esos feos zanates que se
posaban en el árbol que está frente a su
ventana, ella los alimentaba con las migas de la comida que yo pienso
le llevaban, colocaba su manita esquelética en la ventana para que
las aves comieran.
Una
noche escuchamos gritos aterradores provenientes de la casa de la niña esa, la
verdad es que nadie quiso poner atención, ni ocuparse del problema, a mí
sí me preocupaba Natalia, pues me envolvía el misticismo de su
vida.
Después
del incidente, pasaron varios días, no se veía movimiento alguno, todo lucia
tranquilo, sólo la presciencia tétrica de Natalia no estaba presente en la
ventana.
Los
chicos decían que alguien había matado a sus padres y que sus cadáveres
yacían en el interior de la casa en plena descomposición, mientras que Natalia
agonizaba al pasar los días, por la falta del suministro de medicamentos. Sin embargo
los mayores decían que eran problemas de familia.
Caminando
de regreso después del colegio, pase frente a la casa de ella, en efecto la
duda me comía, de repente apareció la mano de Natalia y admire sus pedazos de
cielo, ¡qué ojos tan hermosos! Al instante los zanates se acercaron a ella para
comer pero no había nada en su mano, vi como comenzaban a quitar la piel que ya
casi tenía pegada a los huesos, Natalia no se quejaba, incluso creo que ya no
sentía, el impacto me llevo a mirarla fijamente, era como si me dijera en
silencio que necesitaba ser parte de esas aves para ser libre por lo menos una
vez y vivir en seres ajenos, en un instante todo se cubrió de plumas negras, me
era imposible distinguir los cuerpos de los zanates, Natalia estaba siendo
devorada por ellos.
Me fui
corriendo con el asombro en las venas, llegue y se los conté a todos, pero
ellos dijeron que horas antes habían visto salir a sus padres junto con ella de
la casa, llenando con maletas el auto, yo jamás lo creí, yo vi como Natalia se integraba a su libertad y
como el sol salía al dejar de sentir esa enorme invasión de tristeza.
Es una
escena difícil de borrar de mi cabeza, me pregunto: ¿Dónde estás Natalia?
Jooooo primera en comentar :) jajaja me gustó mucho, hay veces en que las formas más terrenas nos aprisionan, es increíble el tipo de sacrificios que uno es capaz de realizar para liberarse, saludos poéticos. (:
ResponderEliminarGracias por sus saludos poéticos y por gustarle lo que desprende mi locura ;D
ResponderEliminarIncreíble, simplemente increíble, la redacción, la composición de las ideas, la imágen tétrica-liberante.
ResponderEliminarMe pongo de pie, srita. Jessy, este texto salta de la pantalla.
Hacía mucho que no leía algo semejante, quiero decir semejante como lo más cercano a una definición de que ha sido maravilloso, esto es maravilloso.
Molto grazie, un placer provocar este tipo de sensaciones...
EliminarCoincido con Mik, es simplemente fantastico. Sin aliento, una escena tras otra; es genial.
ResponderEliminarNo cualquiera hace que sus textos salten a la realidad de esa manera, como lo haces tu.
ResponderEliminarLa imaginación utilizada como recurso.
Increíble, me has hecho volar la imaginación en un par de escenas tétricas pero extraordinarias.
ResponderEliminarLo imaginé claramente...
ResponderEliminarMuy bonito.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo leí en 2012, lo leo ahora en 2014 y opino exactamente lo mismo. Increíble.
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