Para Yuvia, por la inspiraçao
Jonás Rentería, favorito de su generación, brillante- aunque presumido- soberbio jactándose de ser el más brillante de sus colegas, el que, no importa cómo, sacaba dieces al por mayor en todas sus materias; quizás muchos de los profesores que le dieron, temían darle un nueve o algo menos- en parte por el apellido Rentería que se cargaba, y que coincidía con el de muchos de los veteranos empresarios, rectores y políticos de la ciudad- por lo que el "Johny" como era conocido en los antros de la zona nice, era el predilecto.
En su examen profesional, se colocaron, patrocinadas por cualquier fulano adinerado de su familia, charolas con fina delicatessen, vinos caros, música en vivo detrás del recinto, prensa y familiares, y familiares de otros familiares, y amigos de políticos familiares, y cuanta gente pudiente vendría a recibir al futuro Doc. Jonás.
Los sinodales, elegidos por el asesor de imagen del Jonás, fueron nada más y nada menos que sus compadrotes el Doctor Salgado, el Doctor Ceballos y, de último momento, debido a que canceló la Cirujana Saborido, la temible doctora Bernal, misma que debió soportar las humillaciones de Jonás Rentería, su ego desmesurado, sus amenazas de no justificarle faltas o ponerle llamados de atención.
la Dra. Bernal sabía que en sus manos se encontraba la posibilidad de romper al sistema de compadrazgo, de vengarse de las atrocidades y evitar, ya frente a muchas cámaras, mediante la demostración, que un doctor no escalaba con apellidos y poderío.
Los sinodales se prepararon para preguntar, por cortesía, primero las damas. Cámaras encendidas, familiares en silencio, no hay nerviosismo para algunos - decían- nada puede salir mal.
La doctora Bernal se prepara, remoja sus labios con la lengua, mira con sigilo al mismo que la llamó mediocre, pobre. Entonces preguntó:
-Doctor Rentería, dígame usted el procedimiento completo para extirpar el apéndice de un caballo.
Jonás, experto en la adulación y el echar verba, no contaba con aquella pregunta, ya había ensayado con los docs, amigos de su tío, las respuestas de los otros sinodales, pero la de ésta, imposible... recordar, recordar alguna clase, procedimientos, tirar rollo, ¿entró a disección? No, andaba de juerga con las gemelas en Ibiza, ¿cómo era la clase de especialidad animal? ni idea, esa noche andaba pedo...
Jonás abrió con seguridad los ojos, qué podría salir mal, se trata sólo de quedar bien con los reflectores, su éxito está asegurado, Jonás abrió la boca y su discurso, al mero estilo de un futuro presidente mexicano, fue algo así como:
-El caballo, un animal traido de, de, ¿las indias? híjole, viene de un lugar que no me acuerdo cómo, bueno, se debe más que nada adormecer, aneste, aneste, anesteciar, luego se le hará una incisión en su costado izquierdo, se debe checar su pulso, su presión, será un proceso de muchas horas, pero nada riesgoso, el caballo es un animal noble, y me encanta, yo he andado a caballo mucho tiempo, y, estem, pues necesitaremos pinzas, y ese quemadorcillo para que cicatrice pronto, yo creo que sí, algo así, y pues ya, ¿no? este... mmm, una vez que se quita, lo retiraremos mediante una costura.
La crítica extranjera, españoles y franceses que venían de curiosos por la cantidad de reflectores, entraron para presenciar el evento, y al escuchar su discurso pobre, al imaginarse los compadrazgos, miraron con repudio a los presentes, con excepción de la Dra. Bernal que dijo:
-No pasa, joven Rentería, para empezar usted no sabe anatomía, en la primer clase que tuvo conmigo, le remarqué varias veces que los caballos no tenían apéndice.
Sintiéndose mirado por los reflectores médicos del mundo, y avergonzado frente a sus poderosos parientes, el joven Jonás se fue casi llorando. Dicen que vive en Canarias, una vida de junior, bueno, al menos la ciudad se salvó de un mal doctor como él. En cuanto a la dra. Bernal, dicen que a ella se la llevaron a Europa, allá anda chambeando a todo dar.
mfd
Una entrada ¿como decirlo? ¿interesante? jaja, me atrapo =) y hasta aprendí que los caballos no tienen apéndice.
ResponderEliminar¡Saludos!
Cada día se aprende algo nuevo, abrazos, Vale.
EliminarJajajaja! Ah que cosas con Johny >.< es que sí, una tiene que saber para poder hablar, sí no mejor no se abre la boca y así, no? Padre historia.
ResponderEliminarEn efecto srita. Martha, saludos y letras
EliminarJejejejejej es que esos doctorcillos que hablan pura verborrea, jaja me gustó, suena a una especie de anécdota o fábula con moraleja n.n me encantó.
ResponderEliminarEstá chidote, todo esto basado en una charla que tuve.
EliminarSaludos y letras
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos caballos no tienen apendice, creo me ire con Johny
ResponderEliminarNada alejado de nuestra realidad.
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