26 de enero de 2013

Miss Lucía [microrrelato]



Nicodemio Ruvalcaba mejor conocido como "Nikoboy" había llegado tempranísimo a su clase de inglés, ningún alumno de secundaria vacilaba en decir que la maestra estaba más que buenísima, figúrate: 27, aparentemente soltera, delgada, cabello oscuro largo más abajo de los hombros, piel blanca y labios rojizos, voz endulzante.
Definitivamente el sueño de todo escolapio puberto. Todos los impropios chavales de la bolita no se zorreaban su clase nomás porque les latía un buen, casi siempre llevaba falda (no tan mini pero tampoco tan monja) y con tan sólo verle los tobillos o parte de la pierna, los chicos se alborotaban.

Naturalmente las chamacas del salón la tildaban de golfa, las pocas chicas del grupo 21-H del bachillerato en mecatrónica se sentían apocadas con la presencia de Miss Lucía, quien había querido ser aeromoza en su juventud, pero que terminó siento la "tícher" de los futuros ingeniebrios.

Nikoboy llegó tempranísimo, tomó el asiento más estratégico, toda la clase le puso atención, la miraba con tanto deseo, bajaba sus ojos lentamente desde el cuello hasta los muslos, se paseaba con la pupila entre sus senos, adoraba la raja de su falda, se quedaba mudo cuando ella lo miraba, casi podía apostar que al momento del "listening" ella le guiñaba el ojo o le sacaba la lengua en un  sensual frote de sus labios.
Se le quedó viendo perdidamente, sintió un calor extraordinario en su cuello, no pudo evitar un ligero tumulto en sus pantaloncillos, cubrió el bultecillo con una libreta pero por los nervios terminó tirándola al piso, la Tícher, que deambulaba por su pasillo se percató de la erección y le guiñó el ojo nuevamente.

¿Estaré soñando?- se cuestionaba a sí mismo -¡ninguno de mis compas me va a creer! - se repetía con júbilo. ¡Alguien dígame si estoy soñando! - volvía a cuestionarse. Tímido sonrío y siguió en lo suyo.
Terminados los ejercicios sonó el timbre y, temeroso de tener otro incidente varonil, el puberto Niko, tomó su mochila y se dirigió rápido a la salida.

-¿A dónde va, Ruvalcaba?
Niko se quedó congelado mientras sus demás compañeritos abandonaban el aula.
-Necesito hablar seriamente con usted, cierre la puerta.

Nervioso y anonadado se quedó, se acercó a la doncella quien sin más prisa ni pena le dio un tremendo beso de lengua. Miss Lucía agarró la mano del chaval y se la recorrió por todo su pecho, la metió en el escote apenas desabotonado y le dijo:
-Aproveche Ruvalcaba. - mientras el estudiante sorprendido recordaba aquellas peliculillas XXX que su primo Eulalio le había pasado por usb, ningún mortal de su clica le creería jamás el incidente. Miss Lucía se desabrochó la blusa y él pasó su mano ya sin timidez por su espalda y más abajo... ella se puso de rodillas, se acercó lentamente a su bragueta y...

...sí, Nikoboy, respondiendo a tu pregunta, sí estabas soñando, te quedaste dormido por madrugar y llegar tan temprano a la clase. Quedaste planchado en tu pupitre creyendo que soñaste la mañana en la clase de Miss Lucía, quien por cierto, está en Cancún con su esposo (no era tan soltera a fin de cuentas). Ha mandado a una suplente, la sra. Carmela Alatriste, divorciada matriarca de 57 años, tutora desde hace más de dos décadas, rellenita, tiene un escotazo, pero su busto ya está caído... ¿te animarás, chaval? trucha con esas hormonas, broder.

3 comentarios:

Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...