15 de enero de 2013

Two-Wheeled Gypsy Queen




La felicidad llega a mis manos  de las maneras más insospechadas que ni siquiera puedo saber que está apunto de llegar. Cuando los planetas deciden alinearse en forma de los ojos de Audrey Hepburn, y las deltas de los ríos fangosos se jactan de estar inundando las orillas de las calles en las que Charlie Patton me cuenta historias para dominar demonios, y Charlie Parker se encuentra haciendo bop en tremendas colas de cadillacs inflamados de whisky, cuando la tumbas de los flamígeros blues de Memphis han entrado en las quinientas pulgadas de hueso y la medula se retuercen en las finas vibraciones de la mandolina húmeda como Nashville y caliente como los túneles oscuros de los amantes implacables de relucen con las mañanas de resaca. Cuando de entre las entrañas de los años transcurridos puedo ver a las mentes más brillantes de mi generación ahogadas en hilos de seda disfrazados de oro, puestos por las arañas incandescentes del neoliberalismo que ahorca con sus monedas a quienes se atreven a ser prostitutas y padrotes al mismo tiempo, mientras robo las palabras de Ginsberg subiendo en el Icky Thump.

El sabor de la amarga cafeína que se derrite en el estómago mientras infecto de humo los pulmones después de haber devorado la carne/alma/boca. El despliegue de las manos sobre los punteros Benedetti, como las maquinas no el colmo de los perdidos, en las afueras de la avenida 608 con las palabras en las pestañas haciéndose las listas poniéndose en el orden de los ataúdes que se consagraron el cuarto y el séptimo día, olvídame mujer antes de que yo te diga la verdad, y los diamantes que se escabullen en mi mente cuando la voz del oriundo de Duluth en las frases cuchillas bendiciones se valúan en el oro de cada uno de mis dientes. No te preocupes ojos verdes que ahora en los usos de tu apellido hemos logrado salir del pacifico en las hormonas de la fiera embravecida a bordo de los mágico rieles que nos llevaron a aquellos atardeceres en los bosques de niebla con el auto stop mientras el hermoso Sal y Dean conectaban sus vidas pasadas en el asiento trasero de nuestro automóvil.

Si, quizás desde que recibí tu carta ayer me percate que fui feliz por las siguientes tres horas mientras recordaba el olor de la tierra húmeda en fechas de lluvias que golpean en la lámina de mi ventana, sabes que es esa, en la que jure pagar con sangre pero no con la mía, y cuando mate a aquel hombre después de quitarle las vísceras y haberlas puesto en lugar de las mías. Pero no me mandes más cartas, por favor ya no, que he estado en la colina un tanto sonriente porque el universo se ha vuelto a perder y volver a empezar.




Y así es como encuentro la felicidad. La vida es una enorme prosa que más llena de significados estará, y después de cierto periodo todo caos será orden y todo orden después será el infinito hilo de la historia perdiéndose en los papiros de la antropología comparada, pero nadie podrá quejarse de no haberlo disfrutado.

Es un espíritu intentado ser beat.



Alejandro

3 comentarios:

  1. De lo que me perdí por andar de vago, esta quincena reluce!


    Saludos, carnal, un gustote que el ombligo y su luna empiece con el pie derecho!

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  2. me encanto la ultima parte, bueno toda la entrada pero lo ultimo esta muy bueno

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  3. "Pero nadie podrá quejarse de no haberlo disfrutado.
    " :D

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Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

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