Bailando en un antro con mis amigas suena una canción nueva para mí, la disfruto intensamente, la llevo conmigo a casa, cada que la escucho recuerdo ese momento de diversión.
Una canción dedicada por un amigo, por un ex novio, una canción que canté en un concurso, con la que siempre me animaba en el trabajo, con la que di mi primer beso; la canción que mi papá siempre ponía en el carro, la canción que mi abuelo ponía en los viajes, la canción del video de bodas de mis papás que me hace llorar, la música de una película que me hizo vibrar el corazón; la música que me hizo bailar, la que me hizo viajar a lugares que no conozco, la que me hizo cantar de felicidad, de tristeza, de coraje, cada canción que fue marcando mi vida se ha ido sumando en recuerdos, historias, personas, lugares, voy haciendo el 'playlist' de mi vida, así cuando llegue al final de mi historia, terminará con un gran soundtrack para contar mi recorrido por este mundo.
La música es un arma poderosa, logra mover tus emociones de una manera intensa y bipolar. Puedes estar bailando con una canción y cambiarla y comenzar a llorar, poner otra que te hace recordar algo que te enfurece o te causa revoltura de estómago y gritar. Cada canción, cada armonía, melodía, cada instrumento, cada voz, cada nota en conjunto se convierten en una historia que querrás o quizás no recordar.
Es en mi punto de vista la música el arte más bello, más fuerte, más intenso que existe por lograr transformar nuestras vidas, pues a través del oído logramos no solo escuchar, sino sentir todas las emociones, ver a personas y lugares, saborear un momento, olfatear el recuerdo de un perfume y así llenar todos nuestros sentidos.
La vida sin música, sería un mundo sin emociones...
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