Ciertamente sin importar cual sea nuestra ideología ,religión o falta la ausencia de la misma, sin embargo todos sin excepción hemos pasado por la terrible que pena que implica el perder un ser querido.
Sin importar los signos y señales de su sóla aproximación su llegada siempre será sorpresiva
Tal como lo dice el periodista, poeta y escritor Mario Benedetti:
“Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.”
El dolor es parte de nuestras vidas y debemos aceptar que provablemente podría estar al final de nuestros días, lo importante es recordar que quienes nos aman jamás nos dejan
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DAVID ELIZONDO CARDONA: Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UANL, con acentuación en periodismo e información, Especialista asuntos internacionales, sarcasmo, locución y fotografía. Ha sido reportero en el Diario del porvenir. Colaborador de los revistas la Tempestad, Siete días, Antena Naranja, Residente Monterrey de la editorial Periscopio Media community manager y editor de contenido del periódico el Horizonte y Dominio Noticias.
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